Ampollas en el Camino de Santiago
Consejos sencillos para evitar las ampollas en el Camino de Santiago (y cómo curarlas).
Nuestro objetivo en este post es dar tres consejos breves para que el peregrino pueda librarse, o evitar en la medida de los posible, estas temibles compañeras de camino a las que llamamos “ampollas”.
El primer consejo es de sentido común, pero como este sentido es el menos común de todos, sigue habiendo casos de gente que lo hace… ¿y cuál es? ¡No estrenes botas nuevas para el Camino! Si te compras botas nuevas, úsalas antes, date paseos, camina… o utiliza un calzado que ya hayas usado en anteriores marchas. De esta manera evitarás fricciones y rozaduras, tanto en la planta de los pies como en los talones. ¡Ah! Y no olvides que el calzado sea transpirable, si no lo fuera aumentarán las probabilidades de que salgan ampollas.
Como segundo consejo, los calcetines. Elígelos de algodón, que se ajusten bien al pie y no formen arrugas. Evita calcetines muy finos. En el caso de que uses botas, es recomendable ponerse otro par de calcetines, pero esta vez de lana.
Y el tercer consejo es que apliques crema en los pies todos los días antes de empezar a andar. El talón, la planta y los huecos entre los dedos son las zonas donde deberás poner especial interés. Cuidado con ducharse con agua caliente antes de caminar, evita al menos lavarte de esta manera los pies, pues si la piel se arruga es más propensa a que salgan ampollas.
¡Me han salido ampollas en el Camino de Santiago! ¿Qué hago?
- Si están empezando a formarse: pon una gasa con esparadrapo o aplica vaselina a la zona.
- Si ya se han formado: Lo primero será esterilizar una aguja, quemándola con un mechero y mojándola en alcohol; y con ello, pinchar la ampolla para que salga el líquido y no crezca. Puedes poner un hilo impregnado con betadine a esta aguja y atravesar la ampolla, de manera que se desinfecte mejor. En este vídeo podrás verlo más claramente. Importante: jamás arranques la piel de la ampolla, deja que se caiga sola.