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Preguntas

Hola, soy Carlos Mencos, peregrino y periodista. A través de esta App he ayudado a cientos de miles de peregrinos a exprimir al máximo su Camino de Santiago y otras rutas (sólo en 2023, casi 300.000 descargas de esta app).

Junto con un gran equipo de profesionales, hemos elaborado en esta app las guías de varias rutas, en continua actualización y traducción. La forma de pagar nuestro trabajo la encontrarás en el apartado ‘pagar app’.

Te dejo un vídeo tutorial de la app y, más abajo, las respuestas a las preguntas frencuentes del Camino de Santiago. Pero si tienes cualquier duda, puedes escribirme al WhatsApp (+34654504390) y te respondo en cuanto pueda.

¡Buen Camino!

1. Qué camino elijo

Ah, pero, ¿hay más de un Camino de Santiago? Pues sí. El dicho afirma que “el Camino de Santiago empieza en casa de cada uno” y así debería ser, pero normalmente no hay refugios de peregrinos desde nuestra casa a Santiago. Por eso, hay diversas rutas establecidas como Camino de Santiago, señalizadas con la característica flecha amarilla.

Caminos hay para dar y repartir. La inmensa mayoría elige el denominado ‘Camino Francés’, de la frontera franco-española en Navarra (Valcarlos-Roncesvalles) hasta Santiago de Compostela o bien en su opción aragonesa de Somport-Jaca hasta enlazar con la otra ruta en Puente la Reina. Es la vía más conocida y la que más huella histórica y artística ha dejado a su paso. En esta App encontrarás las principales rutas aunque hay muchas más por Europa..

Tienes información de las rutas "Camino de Santiago" en el siguiente enlace de la web de la Editorial:

Itinerarios del Camino de Santiago

Nuestro destino está claro: Santiago de Compostela. El inicio es lo variable, ya que podemos comenzar en cualquier punto del Camino de Santiago. Para que sea una peregrinación y conseguir la Compostela en Santiago, hay que recorrer seguidos como mínimo los últimos cien kilómetros andando o a caballo o doscientos en bicicleta. Y, con esa base, nuestra peregrinación puede ser todo lo larga que queramos. Muchos empiezan en la frontera franco-española (Roncesvalles, Saint Jean Pied de Port, Somport o Irún) pero hay también peregrinos que empiezan su recorrido mucho más lejos.

En el siguiente enlace de la web de la editorial te ofrecemos información permanentemente actualizada sobre cómo llegar a los principales puntos de inicio:

Cuándo comenzar
Primero debes decidir el año, puesto que se puede realizar la peregrinación en un Año Santo, como será 2027.

Después, la estación: la mitad de los peregrinos eligen el verano (de junio a septiembre) para marchar a Santiago. Las vacaciones y el buen tiempo son las razones de este ‘boom’ veraniego. La mejor época para ir a Santiago es la primavera, mayo o junio, cuando comienza a hacer buen tiempo y no hay gran masificación en los refugios de peregrinos del Camino. Septiembre es también un buen mes. Eso sí; no está asegurado el buen tiempo como en verano. De noviembre a marzo marchan sólo el 4% de los peregrinos, debido al frío, la lluvia, el barro e incluso la nieve. Esta App te indica en todo momento la temperatura en cada población.

Un consejo, planifica los días con generosidad. El Camino no es correr: es andar tranquilo, descubrir gentes, visitar monumentos y rincones. Sólo así podrás sentir el Camino de Santiago que a tantos peregrinos ha iluminado sus vidas.

Como llegar al inicio

Hay tantas definiciones como peregrinos pero, de manera sucinta, el Camino de Santiago es el recorrido que realizan los peregrinos que se dirigen a Santiago de Compostela para visitar la tumba del Apóstol Santiago. A partir del siglo IX, se forjó como una de las rutas de peregrinación más importantes de Europa, convirtiéndose en la espina dorsal de los reinos de la península Ibérica.

El Camino de Santiago es eso, un camino. Una ruta, un recorrido al que acuden actualmente decenas de miles de peregrinos de todo el mundo para dirigirse, a pie, en bicicleta o a caballo, a Santiago de Compostela. Así pues, el Camino siempre está abierto y a todo aquel que desee recorrerlo.

¿Qué hace que las personas del siglo XXI abandonen sus comodidades para ir a un camino de peregrinación? ¿Qué tiene el Camino de Santiago para que sea una de las cosas que hay que hacer una vez en la vida? El peregrino participa de una ruta que hunde sus raíces en la historia. Pregunta a peregrinos, pero lo mejor es que vengas y lo vivas tú mismo.

El pasado año 2022 se alcanzaron los 438.321 peregrinos que llegaron a Compostela por alguna de las rutas que se consideran Camino de Santiago. La cifra crece año tras año desde hace un cuarto de siglo (con excepción de la pandemia). Puedes ver la estadística de peregrinación por años en el siguiente enlace de la web de la Editorial:

Estadísticas de peregrinación

La credencial es un documento que acredita al portador la condición de peregrino. Se puede recibir tras un encuentro personal en las asociaciones, cofradías y refugios en los que ha delegado el Arzobispado de Santiago. La credencial debe recibir un sello todos los días (dos si nuestra peregrinación se limita a los últimos cien kilómetros), la fecha y la firma, para rubricar que el acreditado está realizando efectivamente la peregrinación. Puede ser sellada donde se ha dormido o en cualquier lugar por el que pase el Camino donde tengan sello (los de las iglesias suelen ser los más bonitos, pero puede ser también en bares, tiendas...).

La página web de la Oficina del Peregrino de la Catedral de Compostela mantiene un registro actualizado de lugares en los que conseguir la credencial. No se puede obtener en los albergues de la Xunta de Galicia. No tiene un precio fijo, pero su importe máximo es de 2€. Hasta 2016 se admitían credenciales hechas por las asociaciones, pero ahora sólo se acepta la oficial y las de asociaciones jacobeas extranjeras con las que se haya llegado a algún acuerdo.
La credencial no caduca. Por lo tanto, puedes utilizarla un año y, si no acabas el Camino, continuar más adelante, siempre que hagas seguidos los últimos cien kilómetros andando o doscientos en bicicleta. Hay que seguir el orden y no puede utilizarse para realizar etapas de manera desordenada.

Dónde conseguir la credencial

A pie, a caballo, en bicicleta.... Hasta los años ochenta, el Camino de Santiago era una peregrinación, a pie, en bici o a caballo, a Santiago de Compostela. Actualmente, también está en auge el llamado ‘turismo jacobeo’, en coche o autobús, pero sin olvidar su origen. Recuerda en todo caso que los refugios son para aquellos que realizan la peregrinación del modo tradicional, con preferencia para los que van a pie. Prácticamente todos los que peregrinan a Santiago van andando (93%) o en bici (7%).

El Camino de Santiago es un conjunto de pistas, carreteras, caminos, sendas... con constantes subidas y bajadas, que transcurren por diversos terrenos. Por tanto, es impracticable en su mayor parte para las personas con silla de ruedas.

Las ventajas de ir solo son poder decidir libremente cómo realizar las etapas y tener más oportunidades de abrirnos en el Camino a las gentes que nos encontramos. Los problemas de seguridad son bajos, asimilables a los que se puedan tener en una excursión de montaña. Eso sí, hay que evitar andar por las noches para no perderse, los atajos desconocidos o las etapas de montaña en días de niebla o nieve. La ventaja del grupo radica en la preparación de desayunos o cenas, en el reparto de peso, en la logística y en la compañía.

Sí, aguantarás. Lo hacen desde niños hasta personas mayores. Si no estás acostumbrado, te sorprenderás de lo que puedes hacer. Pero, como en cualquier otra ruta, hace falta andar unos días antes para acostumbrarse a caminar, portando también una mochila cargada para acostumbrarse al peso y con el mismo calzado que llevarás al Camino. Si no te preparas, las ampollas te dificultarán la ruta o incluso una tendinitis podría obligarte a abandonar. Lo mismo ocurre si vas en bicicleta. Unas marchas los fines de semanas o días anteriores se hacen necesarios para no sufrir duras agujetas desde el primer la primera jornada. Recuerda que debes aprender a solventar por ti mismo todos los problemas mecánicos que pueda acarrear la bici.

Aunque a más de uno le parezca extraño, al Camino se va y, simplemente, uno se pone a andar. Así lo hacen la inmensa mayoría de los peregrinos y es la mejor manera de vivir el Camino. Hoy existen muchos servicios, como viajes organizados, transporte de mochilas, reserva de albergues privados, vehículos de apoyo, seguros para el peregrino... pueden ser realmente útiles para determinados peregrinos, pero es algo minoritario.

Lo mejor es que vengas al Camino de Santiago y te pongas a andar. Si vienes en los meses con más peregrinos (abril - octubre) ven con la reserva de alojamiento de los primeros días. Y en el Camino, conforme vayas avanzando, vete reservando el alojamiento a tres o cuatro jornadas a la vista. Esto te dará la libertad de ir al ritmo que te pida tu cuerpo o para convivir con otros peregrinos que encuentres en el Camino. Si ves que necesitas transporte de mochilas, lo puedes solicitar desde el propio Camino.

Qué eres: ¿turista o peregrino? El primero será menos ahorrador que el segundo, siendo dos perspectivas diferentes del Camino. Centrémonos en el peregrino, que es el habitual. Nuestros dos principales gastos serán la alimentación y el hospedaje.

- Comida. Depende de si vamos de restaurantes o nos hacemos nuestra propia comida o cena (en muchos albergues hay cocina para uso del peregrino). Podemos tener un gasto medio de entre 15 y 20 euros.

- Hospedaje. Este gasto es el más variable, pues hay hospedaje para todos los gustos: albergues de peregrinos, albergues privados, pensiones, hoteles… el alojamiento es de lo más variado. Eso sí, si vamos como peregrinos y dormimos en albergues, en muchos de los cuales se suele pedir ‘la voluntad’, no seamos rácanos, que su funcionamiento depende de nuestro dinero, y dejemos por persona 5-10 euros. Un albergue de peregrinos con precio fijado puede rondar los 5-15 euros. Los privados pueden ir de 10 a 20 euros al día.

- Más gastos. Siempre hay pequeños gastos que, sumando, sumando, forman una cantidad considerable. Son las monedas para lavadoras o secadoras, pequeños recuerdos, gastos en farmacia, entradas a monumentos... pueden hacer de media unos 5 euros diarios. Así pues, el gasto es de lo más variado, pero no creo que pueda bajar de los 30 euros diarios.

Poco a poco se va introduciendo la tarjeta de crédito en el Camino, pero la inmensa mayoría de los albergues sólo admiten pagos en metálico. Las tiendas, bares y restaurantes están más habituadas a las tarjetas. Lo mejor es llevar en metálico para dos o tres días e ir sacando de los cajeros automáticos que hay en los núcleos urbanos más grandes.

Sí. Es seguro. En 2015 fue muy famoso el caso de una peregrina estadounidense asesinada, pero se trató de un caso aislado en los últimos años de peregrinación. Tenemos la suerte de que España es un país seguro. Se puede salir a andar solo (y sola) de día o de noche sin preocupaciones, algo impensable en buena parte del planeta. Los mayores problemas de seguridad son los pequeños robos en los albergues. Por ello, hay que evitar llevar objetos de valor, no dejar tus cosas descuidadas (máquina de fotos, teléfono móvil) y vigilar siempre tu mochila y la de tus compañeros. Recuerda que no son necesarios aparatos de video, fotográficos profesionales o GPS.

Por otra parte, en caso de que no dispongas de teléfono móvil o no desees llevarlo, conviene que tu familia o allegados conozcan tu plan de ruta, por si deben localizarte. Por último, si tienes miedo a los perros, el bastón o los dos bastones que lleves te darán seguridad.

Con esta App es imposible. Tienes indicada la ruta y sus variantes y tu posición en el mapa. Además, podrás utilizar la App incluso sin internet, ya que se pueden descargar los mapas al teléfono. Sólo tendrás que tener activo el GPS para que te localice.

La mochila
El tamaño de la mochila dependerá, sobre todo, de la época del año. En verano, es ideal una de 40 litros, aunque también vale de 35 si tu saco es ligero y llevas pocas cosas. En invierno, en cambio, 45 ó 50 litros será lo habitual. El resto de posibilidades de las mochilas se las presupone ahora a todas (compartimentos separados, bolsillos laterales, respaldo anatómico...). Depende del grado de impermeabilidad de la mochila, no está de más una funda impermeable o pensar en una capa o poncho lo suficientemente grande como para que cubra la mochila. La distribución del equipaje debe ser cómoda para nuestro uso diario, separando por bolsas de plástico o de tela y poniendo lo más pesado en el fondo.

El saco de dormir
Lo llevaremos siempre, salvo que tengamos la seguridad de que vamos a dormir todos los días en hoteles, pensiones o albergues privados con juegos de sábanas. Pero esto es muy poco habitual en el peregrino medio, que tiende a alojamientos más económicos. En el Camino de Santiago necesitamos un saco ultraligero con un grado de confort de 10-15 grados en verano y de 5-10 en primavera y otoño. Las sábanas-saco son demasiado ligeras para jugársela, ya que hasta en verano pueden salir noches frías. La esterilla será necesaria cuando pensemos que no tenemos colchón para dormir. Esto va a ocurrir si vamos a dormir en albergues y si vamos en julio o agosto. Lo que, por otra parte, vienen a ser las dos características más habituales.

¿Qué ropa llevo?
Los centros comerciales deportivos son una fuente habitual de ropa para peregrinos. Hay una gran variedad, pero se puede encontrar ropa a muy buen precio que sea ligera y a la vez abrigada e impermeable. Depende de la época del año, pero la ropa más habitual podría ser: tres camisetas (dos para andar y una para la tarde), dos pantalones (los desmontables son muy útiles), tres juegos de ropa interior, un jersey o cortavientos y unas polainas. En invierno, sumamos un polar, guantes, gorro y bufanda. Para la lluvia, recomiendo un chubasquero o capa de lluvia o poncho. El paraguas te evita andar mojado pero a la larga se hace realmente incómodo.

El calzado
Las habituales lluvias obligan a que nuestro calzado tenga membrana impermeable (gore-tex es la mejor). Puedes llevar deportivas o botas flexibles, lo que mejor te venga y a lo que estés más habituado, pero en ningún caso calzado nuevo, para no dañar el pie. Lo más normal es llevar botas de trekking de media caña, pero puedes encontrar peregrinos con cualquier tipo de calzado. Si por desgracia te entra agua, un truco muy majo para secarlas en el albergue es introducir papel de periódico para que absorba el agua y se sequen más rápidamente. Para recambio cuando no se camine, se recomienda en verano unas sandalias o, el resto del año, unas deportivas. Acuérdate también de meter unas chanclas para la ducha.

¿Qué más cosas llevo?
Tampoco nos emocionemos llenando la mochila. El cuerpo humano reacciona negativamente si de la noche a la mañana le cargamos con un montón de kilos. La décima parte del peso corporal, sin superar nunca los 9 kilos, es una recomendación generalizada. Tampoco es que vayamos al desierto. Pasaremos por grandes ciudades que ofrecen todo tipo de servicios si se nos ha olvidado algo en casa.
Nos queda por añadir un pequeño botiquín con aspirinas, vaselina para los pies y material para la eliminación de ampollas, si eres apañado en este tema. Para la higiene, una toalla ligera, desodorante, cepillo y pasta de dientes, un botecito de jabón y champú y jabón para lavar la ropa. No te olvides del sombrero o gorra para el sol, así como el protector solar. También, una botella de agua para ir rellenando (de medio litro es un tamaño muy adecuado). Navaja o cubiertos. Una bolsa de aseo. Pinzas de plástico o imperdibles. Debemos añadir a todo esto bolsas de plástico, que te ayudarán a guardar ropa, alimentos y separar enseres. La bolsas de tela son menos ruidosas en una habitación compartida a las siete de la mañana, pero no impermeabilizan.

Y por último, un bastón te ayudará en ascensos y descensos, para pasar alguna zona de barro o para apartar la maleza si se ha hecho con el camino en algún. Se extiende ahora una costumbre de llevar incluso dos bastones, pero a mí me incomoda no tener una mano libre para lo que haga falta.

Vídeo qué llevar en la mochila

He hecho las rutas del Camino de Santiago tanto a pie como en bicicleta y son dos aventuras bien diferentes. No obstante, bastantes tramos de esta ruta no se pueden realizar en bici y hay que salir a carreteras cercanas, como indico en la descripción de cada etapa. Me parece imprescindible para la bici el llevar parrilla, alforjas traseras y su funda para la lluvia, 1-2 culottes cortos, el casco, gafas, guantes, material para pinchazos, candado y bomba.

En los ajustes de la App debes seleccionar que vas en bici para que te aparezcan sólo los alojamientos que pueden guardarte la bici (que son mayoría), las variantes para bicis en el mapa (de color verde) y algún otro detalle más. Para todos los pormenores de la bici, me encanta la web www.bicigrino.com. Su responsable, Tomás, es un peregrino nato y brinda muy buenos consejos en su web. También ofrece alquilar bicicletas y su transporte a Oviedo y/o desde Santiago. Es una opción cada vez más utilizada, puesto que alquilan bicis ya preparadas para la ruta.

www.bicigrino.com

Dentro de la información de cada localidad en la App encontrarás los alojamientos más utilizados por los peregrinos. La mayor parte de los peregrinos duerme en albergues. Los hay de diversos tipos. El más habitual, el privado, consiste en habitaciones con literas, aseos, zona de lavandería, salas comunes y quizá cocina o, en su defecto, servicio de bar y/o restaurante. Su coste es de 10-20€. Algunos pueden tener más opciones, como habitaciones dobles, sábanas, toallas, desayuno o cena, todo ello de pago, al igual que la lavadora y secadora. Otro tipo de albergues es el público, que suele reducirse a habitaciones comunes, aseos y cocina. Su precio oscila entre 8-15€. Por último, existen albergues de acogida hospitalaria, lo más genuino del Camino de Santiago. Pueden ser públicos, en los que se paga un donativo, o privados. Estos últimos son llevados por personas extraordinarias que han dejado su trabajo por venir a vivir al Camino para acoger peregrinos. Dan techo, cena y desayuno por un donativo. Finalmente, podrás encontrar pensiones, campings y hoteles, principalmente en los grandes núcleos urbanos.

Cada vez hay más alojamientos. Como aumenta el número de peregrinos, surgen nuevos alojamientos cada año. No olvides que en muchos albergues de peregrinos no se puede reservar y su capacidad es limitada. Cuida de los albergues puestos a disposición del peregrino, aporta donativo en los que así lo pidan y deja todo en su sitio para uso y disfrute de los siguientes peregrinos. Y recuerda que hay que llevar saco de dormir. Si quieres dormir en albergues privados, pensiones u hoteles, no olvides reservar, sobre todo en verano (¡y cancelar la reserva si no vas, aunque sea la misma mañana!).

Esta App incluye un potente planificador de etapas para que las organices a tu ritmo, según las poblaciones en las que vas a dormir. Conviene programar al principio distancias cortas. La peregrinación a pie está al alcance de todo el mundo, pero se deben tener en cuenta las posibilidades de cada uno. La media diaria a pie oscila entre 20 y 35 kilómetros y en bicicleta de montaña entre 60 y 100, teniendo en cuenta en la planificación de las etapas las distancias entre refugios.

De todas formas, no hace falta desfondarse y obsesionarse por hacer kilómetros; también hay que visitar lo que recorremos, pues es historia y cultura. Para vivir el Camino de Santiago hay que andar despacio, visitar monumentos y rincones, conocer gentes y disfrutar de la ruta.

En caso de que no te dé tiempo a realizar lo que tienes planificado, algo que ocurre muy a menudo, puedes dividir tu peregrinación en varios años o empezar un poco más cerca de Santiago.

No es necesario y, de hecho, la inmensa mayoría de los peregrinos van sin él. El Camino está perfectamente preparado para que, a lo largo del día, te defiendas tú solo en la ruta y encuentres alojamiento al llegar. Sólo se recomienda el vehículo de apoyo para grupos grandes que deben desplazarse a dormir lejos de la ruta o para personas con discapacidad que necesitan un apoyo especial.

En la información de cada alojamiento dentro de la App encontrarás cuáles admiten animales de compañía. Son muy escasos los peregrinos que realizan el Camino de Santiago con animales de compañía, ya que no están permitidos en la inmensa mayoría de los refugios de peregrinos, por lo que deben quedar atados durante la noche fuera del albergue. Es, por tanto, desaconsejable. No obstante, por si estás interesado, existen varias webs en las que proporcionan información al respecto.

Camino con mi perro Camino de Santiago con mi perro

Andar por el Camino de Santiago no es una actividad complicada ni un deporte de riesgo y es apto prácticamente para todo tipo de peregrinos. Pero a veces surgen inconvenientes que, si perduran, pueden acabar con nuestra peregrinación. Las ampollas y las rozaduras son las más habituales. Lo primero es la prevención, con calcetines y ropa interior sin costuras y sin arrugas. Un truco bastante bueno es darse vaselina en los pies por la mañana, lo que ayudará notablemente a que no aparezcan ampollas. La deshidratación es otro problema bastante habitual, sobre todo en verano. Es muy importante llenar nuestra botella de agua siempre que podamos e ir bebiendo a lo largo del día, aunque al principio nos encontremos sin sed.

El sol es nuestro enemigo en el camino. Debemos protegernos de él, de modo obligatorio en verano, con cremas protectoras y una visera o algo que cubra nuestra cabeza. Recuerda que el sol lo tendremos habitualmente de espaldas por la mañana así que es importante proteger la nuca y las pantorrillas. En verano, no es recomendable andar de 13 a 17 h.
Finalmente, en nuestro repaso no faltan los esguinces y tendinitis. Son más difíciles de prevenir, ya que pueden surgir por una equivocada manera de andar o un mal paso. Es muy importante no forzar y, si es posible, acudir a los servicios sanitarios. Si el médico aconseja reposo, se debe parar nuestra peregrinación, si no queremos llegar a males mayores que nos dejen varias semanas en mal estado.

En los últimos años, ha surgido el servicio de transporte de mochilas. Cuesta unos 5-8 € por etapa. Te recomiendo que sólo lo contrates si ves que lo necesitas una vez que estás en el Camino. Tienes un listado de transportes de equipaje actualizado en la siguiente página de la web de la Editorial:

Empresas de transporte de equipajes

Aprovecha el Camino
El Camino de Santiago no es una competición o un reto; es una ruta que te puede cambiar la vida. Aprovéchala y no tengas prisa. Visita lo que encuentres a tu alrededor, conoce gente, disfruta, reflexiona y mantén siempre el bueno humor. Distribuye el día como quieras, pero te recomiendo madrugar para aprovechar las horas de luz y terminar el trayecto diario para mediodía. Vete sin prisa, mirando al reloj o pensando en las plazas del siguiente albergue. Visita una iglesia o ermita: entra para rezar, para meditar, porque es un lugar fresco, un punto de descanso, de arte, de historia... cinco, diez minutos y a seguir nuestro camino. Habla con la gente: con otros peregrinos, con lugareños, con los camareros, con los hospitaleros, con los curas, con quien te encuentres... te aportarán diferentes visiones enriquecedoras en unos días en los que tú estás muy receptivo.

Cuídate
El Camino de Santiago no pone en riesgo tu salud, pero debes cuidarte un poco. Al empezar el día, no te duches y haz estiramientos antes de salir a andar. A lo largo de la jornada, haz paradas cada hora. Bebe agua, sobre todo si es verano, pero no hagas paradas muy largas. No fuerces la marcha por estar con otros peregrinos. Por la tarde, en el albergue, dúchate y mímate los pies. Córtate las uñas pero en su justa medida.
En caso de que salgan ampollas y te molesten durante varios días, o te hayas quemado los pies, o tengas tendinitis deja el Camino. Continuar sólo lo agravaría y lo primero debe ser tu salud.

Cuida tu alimentación
No realices comidas copiosas, pero tampoco lleves muchos alimentos en la mochila. Por la mañana, empezamos con un desayuno abundante, pero de productos ligeros, pues nos vamos a poner a andar enseguida. Es conveniente tomar más azúcar que de normal, mediante dulces o miel, fruta y frutos secos, como nuez, cacahuetes o pasas y barritas energéticas o sales minerales. Durante la etapa, siempre hay que llevar un poco de alimento y agua encima, pero no es necesario cargar con la comida de todo el día. Un consejo: cuando encuentres fuentes, hay muchas en el Camino de Santiago, rellena siempre la botella que portes. Además, conforme aumenta el número de peregrinos crece el negocio a su alrededor y ya proliferan por el Camino máquinas expendedoras con todo tipo de alimentos para el peregrino.

Sé civilizado
Esto debería ser obvio pero, a tenor de lo que se ve en el Camino, no es tan habitual. No tires ni basuras ni colillas. Nadie las va a recoger por ti en el Camino, así que guárdala hasta encontrar una papelera o un contendor. Por supuesto, no quites señales para llevártelas 'de recuerdo'. Quizá te parezca un consejo extraño, pero han sido varios los peregrinos que han arrancado señales para tener un souvenir, haciendo que los caminantes que llegaron después se perdieran. Y, para colmo, las señales pesan y luego las terminan abandonado.
En el Camino, encontrarás peregrinos diversos: jóvenes, mayores, andarines, corredores, turistas, religiosos, ateos, ciclistas, sin mochila, en patinete, con burro... Respeta la forma de peregrinar de cada uno, pues habitualmente tienen motivos que desconoces para hacer la ruta de una manera u otra.
Por último, si en un albergue se te estropea o rompe algo, avisa; no lo dejes mal y que otros lo sufran.

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