El santo Toribio de Astorga tuvo sus más y sus menos con los lugareños, en su intento de convencerles, con escaso éxito, de que abandonaran la herejía del arrianismo. Dejó su labor y la ciudad, no sin sacudirse antes las sandalias en este lugar farfullando de Astorga, ni el polvo.
De la construcción primitiva del s. XVI perdura su espadaña. Alberga una talla de San Justo, también del s. XVI, obra del escultor manierista Gregorio Español, que fue autor también del coro de la Catedral de Santiago.
San Justo de la Vega
Puente sobre este afluente del Órbigo, en la misma N-120 a la salida de la localidad. Obra de sillería compuesta de cuatro arcos escarzanos, con una longitud de 60 metros y una anchura de 8.