El Convento de Santo Antonio o Monasterio de Herbón es una muestra franciscana. La orden se instaló en este valle bañado por las aguas del Sar y del Ulla en 1396.
Este convento es el punto originario de donde sale uno de los recursos más preciados del todo el territorio de Padrón, los pimientos de Herbón, traídos desde las Américas por uno de los franciscanos que recorrió aquellas tierras y que han permitido a Padrón figurar en el escenario gastronómico nacional e internacional.
Obra románica en la que destaca su fachada debido a la ornamentación que enmarca la puerta, donde resaltan las columnas acodilladas (tres por cada lado). Un ábside con canecillos y una segunda puerta -ésta lateral- son las otras partes más notables del edificio.