Algunos consejos para la ruta

Hay muchas cosas para hacer en el Camino de Santiago, pero lo primero y fundamental, seguir las flechas y conchas amarillas que indican con profusión la ruta.

Después, aprovecha el Camino. Visita, conoce a gente, disfruta, reflexiona y mantén siempre el buen humor. La jornada puedes distribuirla como mejor te parezca, pero en verano te recomendamos levantarte relativamente pronto y no andar al mediodía, para evitar el sol y el fuerte calor. He aquí algunas indicaciones adicionales:

– Haz estiramientos antes de salir.
No te duches por la mañana. Si lo crees realmente necesario, evita el agua caliente, ya que predispone la piel para rozaduras o ampollas.
– Si deseas caminar en grupo, el que manda es el que va más despacio.
– En cuanto a la alimentación, no realices comidas copiosas. Es conveniente tomar más azúcar que de normal, mediante la forma de dulces o miel, fruta y frutos secos, como nueces, cacahuetes o pasas y barritas energéticas o sales minerales. Siempre hay que llevar un poco de alimento encima, pero no es necesario cargar con la comida de todo el día. Para cada hora u hora y media y bebe y come un poco. No obstante, no realices grandes paradas.
– En camino, sigue la flecha amarilla. Toda la ruta está marcada con ellas, más o menos. Y si no hay flecha, sigue la lógica u otras marcas que hayan dejado otros peregrinos. Infórmate. No dudes en preguntar al hospitalero o a lugareños sobre cómo se presenta la etapa del día siguiente.
Sé civilizado. No tires ni basuras ni colillas. Es de agradecer, si puedes, que recojas basura que encuentres por el camino para tirarla en el primer contenedor.
Dosifica convenientemente. Normalmente, no se hacen días de descanso. Reduce la jornada cuando estés agotado; no debes obsesionarte por los kilómetros y el esquema prefijado.
El sol será tu peor enemigo en verano. No olvides la gorra o sombrero y la crema protectora. Evita a toda costa andar a mediodía.
Cuida tu salud. Si te salen ampollas, algo que seguramente ocurrirá, ten claro que no te debes arrancar la piel, ni quemarla ni cosas raras. Es simple. Utiliza una aguja desinfectada, atraviesa la ampolla y dejea que se produzca el drenaje. Protege la ampolla con tiritas o apósitos. En caso de que te molesten durante varios días, o te hayas quemado los pies, o tengas tendinitis o cualquier otro dolor, deja el Camino. Continuar sólo lo agravaría y lo primero debe ser tu salud.
No te desanimes si haces kilómetros de más porque te pierdes o tienes problemas en algún tramo. Doscientos metros de camino embarrado te podrán costar más que dos kilómetros de carretera y te harán maldecir en arameo. Sigue a tu ritmo.

 

Dudas frecuentes del Camino de Santiago