Realizar el recorrido hacia la tumba del Apóstol Santiago por la Vía Augusta era una de las opciones que se encontraban los peregrinos europeos, especialmente los procedentes de Italia. Así, entraban en tierras catalanas por Perthus, llegaban a Barcelona y Tarragona y, de aquí, se dirigían hacia Lérida y Zaragoza para, posteriormente seguir por la ruta tradicional hasta Galicia.
El denominado Camino Catalán desde Barcelona parte del Monasterio de Montserrat, elegido punto de partida en 1992 ya que el primer peregrino catalán documentado, Cesareo llegó a Santiago en 959, fue fundador y abad de este lugar.
La ruta continúa por Igualada, Cervera, Tárrega y Lleida, hasta Pina de Ebro, donde se une al Camino Jacobeo del Ebro. En total son unos 320 kilómetros sin grandes dificultades, aunque con algún ligero desnivel como el descenso inicial de Montserrat o la subida a La Panadella.
En cualquier caso, la principal dificultad de este trayecto es cruzar los Monegros, puesto que en verano el calor es intenso y en la primavera y otoño a menudo sopla fuerte viento.
Todo el camino se encuentra salpicado de numerosos hitos jacobeos, como la iglesia de Sant Jaume en Parallerols, el Claustro de los Peregrinos en Cervera o la leyenda del Peu del Romeu de Lleida.
El Camino Catalán desde Barcelona se encuentra perfectamente señalizado. No cuenta con red de albergues, pero sí que tiene una amplia oferta de alojamientos con descuentos para los peregrinos.
Nuestra guía práctica del Camino Jacobeo del Ebro y Camino Catalán ofrece amplia información sobre este trazado.