Su biografía en dos líneas:

Sobre San Francisco de Asís y el Camino de Santiago. Poca gente desconocerá que San Francisco de Asís  es un santo italiano que vivió entre el siglo del XII y el XIII. Hijo de rico comerciante, lo dejó todo y pasó a vivir en estricta pobreza. Fundó la Orden Franciscana y, junto con Clara de Asís, la de las Hermanas Clarisas. Es una de las grandes figuras del cristianismo y de hecho fue canonizado sólo dos años después de su muerte. Para saber más, entra en este enlace.

San Francisco de Asís y el Camino de Santiago:

Su relación con el Camino de Santiago se fundamenta en la tradición oral y en la escrita a partir del S. XIV. De esta forma, ha ido pasando hasta nuestros días. San Francisco tomó el Camino por la parte aragonesa y pasó por Rocaforte (Navarra), cerca de la actual Sangüesa. Lo hizo entre mayo de 1213, después de la Pascua, y  noviembre de 1215, antes de asistir al IV Concilio de Letran. Allí dejó al hermano Bernardo de Quintabal al cuidado de un enfermo en el eremitorio dedicado a San Bartolomé. Un edificio que todavía sigue en pie, gracias a la comunidad de los Franciscanos que lo habitaron hasta las desamortizaciones del S XIX. Y gracias también a la reciente restauración del Ayuntamiento.

Como tantos otros, el eremitorio también tiene su leyenda. Esta cuenta que Francisco dejó en el lugar su vara mientras dormía y de ella brotó un frondoso moral. Pese a los años que han pasado y las décadas de abandono, hoy todavía permanece seco su tronco dentro del oratorio. Un signo del vínculo entre San Francisco de Asís y el Camino de Santiago

Su intuición en Compostela:

La tradición dice que el santo llegó a Compostela. Fue aquí donde vio la necesidad de extenderse con fundaciones, pues hasta ese momento vivían de manera itinerante. Por eso, se le atribuyen numerosas implantaciones en su regreso de Santiago. En Logroño, se considera que el convento de San Francisco fue fundado por el propio santo. En Viana quedaba la amistad de Francisco con Urraca Díaz de Haro, posterior abadesa de las monjas cistercienses de la Cañas. A ella le conoció cuando pasó haciendo el Camino de Santiago.

Por otro lado, en Tudela se cuenta que se vio con el rey Sancho el Fuerte y fundó un convento extramuros en un terreno donado por los Veraices, en cuya casa se hospedó. También en Olite en la fachada de la Iglesia de Santa María La Real del S. XIII, en uno de los capiteles aparece representados tres franciscanos. Uno de ellos sostiene la inscripción “Franciscus Penitens”. Así mismo, San Francisco de Asis aprovechó la peregrinación a Santiago para presentar la Regla de su Orden ante el Rey de Castilla. La orden vio la necesidad de realizar diversas fundaciones a fin de mantener viva la fe en el Camino. Y también para combatir  las herejías del momento.

La abundancia de las fundaciones Franciscanas a lo largo y ancho del mapa ibérico ha dado lugar a numerosas leyendas sobre el origen de estas. Recuerdos de la época donde se juntaron San Francisco de Asís y el Camino de Santiago.