El realizar el Camino de Santiago solo o en compañía de un grupo es una experiencia que tiene la misma validez de una forma u otra. Pero cambiaran las sensaciones experimentadas dependiendo de las características personales del caminante. Nosotros vamos a intentar exponer una serie de ventajas e inconvenientes que tiene cada modalidad.

Hacer el Camino de Santiago solo:

A priori, el hacer el Camino de Santiago solo, puede parecer peligroso pero no es así. Desde el primer kilómetro vas a estar acompañado por diferentes personas. Peregrinos con los que a lo largo de la ruta podrás establecer fuertes vínculos. Gentes de diferentes intereses y culturas con las te enriquecerás y a las que aportarás mucho también. Otra ventaja de ir solo, es que tienes mayor libertad para organizar tu ruta. Podrás adaptarla mejor a tus condiciones físicas, intereses culturales y religiosos, y a otras características propias.

Así mismo, puedes tener mayores posibilidades de reflexión personal, conocerte ti mismo, conectar mejor con la naturaleza que te rodea y ganar en autoestima. La marcha en solitario permite tener una mayor predisposición a estar abierto. Contactar  con otros peregrinos sin la presión que puede ejercer el ir en un grupo. Te permite tener mayor libertad para acoplarte a otros peregrinos. Sin perder tu autonomía y forjar nuevas amistades. Un hecho que si vas en grupo te resultará más complicado.

Veamos las desventajas de hacer el Camino de forma individual. Una puede ser el temor a caminar solo, el tener que tomar decisiones sobre rutas, horarios, albergues, etc… Sin el apoyo y perspectiva que da el grupo. Así mismo, en caso de necesitar ayuda tienes que contar con la voluntad de otros peregrinos a los que en principio no conoces. Además, a la hora repartir equipajes y suministros, se llevan mejor en grupo.

El Camino en grupo:

Por otro lado, el ir con un grupo organizado tiene como ventaja  que siempre tendrás a alguien con quien conversar, reír, contar tus preocupaciones, con la confianza que da un amigo. En caso de emergencia, puedes ser asistido por un compañero o amigo del grupo con mayor facilidad.

Como desventajas mencionaremos que el grupo puede cerrarte en su entorno. Esto lleva a no relacionarte de forma más intensa con otros peregrinos. Impide vivir a fondo experiencias que sólo la apertura otorga. Por lo general, el grupo te condiciona en horarios, rutas, lugares de alojamiento, tiempos de descanso, comidas o reparto de tareas. Esto favorece el afloramiento de tensiones entre los diferentes miembros del grupo,

Por último, señalar que el ir en grupo dificulta el abrirte a la gran familia que forman los peregrinos del Camino de Santiago a lo largo de cada etapa.

Sea como sea, elijas la manera que elijas, dependerá siempre de tu actitud personal e interior cómo vivas e interiorices el Camino de Santiago.