Cuando hablamos de Santa María de Eunate, hablamos de una de las iglesias más fascinantes del Camino. Ofrecemos aquí algunas pinceladas informativas sobre esta joya arquitectónica:

Localización:

Santa María de Eunate es un templo situado en el municipio navarro de Muruzabal, al borde del Camino  Aragonés, a pocos kilómetros de la confluencia con el Camino Francés que baja de Roncesvalles.

Origen:

Es uno de los monumentos más conocidos del Camino y, a su vez, uno de los más enigmáticos del mismo. La escasa  documentación del origen de Santa María de Eunate da pie a conjeturas de todos los gustos. Desde una iglesia templaría, hospital sanjuanista, hasta iglesia cementerial del camino. Una versión bien fundamentada dice que, al igual que  la Iglesia del Santi Spiritus de Roncesvalles y que la del Santo Sepulcro de Torres del Río, se corresponde con una iglesia- cementerio cuyo fin es acoger las sepulturas de los peregrinos fallecidos. Se calcula su construcción en el último tercio del siglo XII.

Pero la interpretación más probable sobre su origen la remonta a una cofradía local y a una reina fundadora que se enterró allí. En unas excavaciones realizadas en el siglo XX se encontró la tumba, pero por desgracia no se analizaron los restos. El templo se deterioró partir del siglo XVI. El claustro se reconstruyó en el siglo XVII. Por suerte, se ha recuperado en las últimas décadas, especialmente tras la creación de la Cofradía de Santa María de Eunate, que le ha dado vida.

Arquitectura de Santa María de Eunate:

El edificio actual está rematado por una espadaña que antiguamente bien pudo ser una pequeña torre faro. Torre que servía para orientar a los peregrinos. Esto se sabe ya que se mantiene una pequeña torre de caracol que da acceso a la cubierta del templo y permitiría la realización del mencionado servicio.

El templo tiene planta octogonal, circundada por un hermoso claustro porticado a su alrededor. En la parte oriental, tiene adosado un ábside pentagonal de forma semicircular en su interior. Las aristas de todos los paños del edificio están reforzadas por columnas en cuyos capiteles, decorados con canes, descansa el alero. En los lienzos del edificio pueden verse ventanas abiertas y ciegas. Así como dos puertas: una al norte, frente al antiguo camino, y otra más sencilla, hacia el poniente.

En el interior del edificio se distinguen dos espacios. Uno central que alberga al templo principal y otro más pequeño que coincide con el interior del ábside. La cubierta es una bóveda de piedra sujeta por hermosos nervios que se corresponden con los vértices de los lienzos. Juntándose todos ellos en el centro de la bóveda. Cada uno de ellos, en su parten inferior, están apoyados sobre columnas enteras de doble fuste superpuestos.

Como ya hemos dicho anteriormente, el templo está muy próximo a las poblaciones de Obanos y Puente  la Reina, lo que hace que su visita sea  muy recomendable para los peregrinos de ambos caminos.