Es el punto de referencia en la villa. Fue construida en ladrillo a mediados del siglo XVI, aunque tiene vestigios de otras épocas, hasta el XVIII. Pero, además, cuenta con interesantes detalles en su interior, como el retablo que decora la pila bautismal, o las imágenes de la Virgen del Carmen, de San Sebastián y de San Roque, amén de la imagen manierista de San Miguel (XVI).