Su origen proviene del árabe Al-calat (el castillo), cuyos restos aún podemos contemplar junto al trazado jacobeo y al río Ebro. Sobresale la iglesia barroca de la Santísima Trinidad (siglo XVII). Siguiendo el Camino de Santiago, casi a la salida de la localidad, topamos con un monumento en bronce dedicado a Sancho Panza, en honor a las referencias al lugar que expresa este personaje en la segunda parte del famoso libro de Cervantes: Sancho Panza es gobernador de la Ínsula Barataria, en término de Alcalá de Ebro. El autor de El Quijote la denomina ínsula porque con las crecidas del Ebro, la localidad se convertía en casi una auténtica isla.
Templo barroco (siglo XVIII). Posee un retablo mayor churrigueresco (fin del siglo XVII) que conforma un imponente lienzo representando la Santísima Trinidad, escoltado por columnas salomónicas y coronado con el escudo de los Duques de Villahermosa. Aparte, el retablo de San Antonio de Padua (XVI), otro de San Agustín (XVIII) y dos cuadros más, uno de San Francisco de Borja (XVII) y otro del Crucificado (XVII).