De tiempos romanos aún podemos ver algunos sillares de su antiguo puerto fluvial. También, aunque alejado de nuestro caminar, también existen restos de una villa romana con numerosos hallazgos arqueológicos.
Edificio barroco del siglo XVII, con un gran lienzo que ilustra el milagro del santo patrón en lugar de retablo, es el principal atractivo con que nos cruzamos. Además, hay otros cuadro en el interior, del mismo autor desconocido, del barroco aragonés: los de Santa Francisca Romana y San Roque.