CAPÍTULO XI: De la acogida que hay que brindar a los peregrinos en Santiago

Todo el mundo debe recibir con caridad y respeto a los peregrinos, ricos o pobres, que vuelven o se dirigen al solar de Santiago, pues todo el que los reciba y hospede con esmero, tendrá como huésped, no sólo a Santiago, sino también al mismo Señor, según sus palabras en el evangelio: «El que a vosotros recibe, a Mí me recibe». Hubo antaño muchos que incurrieron en la ira de Dios por haberse negado a acoger a los pobres y a los peregrinos de Santiago. En Nantua, una villa entre Ginebra y Lyón, a un tejedor se le cayó súbitamente al suelo el paño, rasgado por medio, por haber rehusado dar pan a un peregrino de Santiago que se lo pedía.

En Vilanova, un peregrino de Santiago, necesitado, pidió limosna por amor de Dios y de Santiago, a una mujer que teniendo el pan todavía entre las brasas calientes, le dijo que no tenía pan. El peregrino le dijo: «¡Ojalá el pan que tienes se te convierta en piedras!». Se fue el peregrino de su casa, y estaba ya lejos de ella, cuando se acercó la mujer a las brasas con intención de coger el pan y en su lugar encontró una piedra redonda. Arrepentida de corazón se fue tras el peregrino, pero no lo encontró.

Volviendo sin recursos en cierta ocasión de Santiago, dos nobles galos pidieron hospedaje por amor de Dios y de Santiago, en la ciudad de Poitiers, desde la casa de Juan de Gautier hasta San Porcario, sin encontrarlo. Al fín se hospedaron en la última casa de aquella calle, junto a la iglesia de San Porcario, en casa de un pobre; y he aquí que por venganza divina, un voraz incendio abrasó toda la calle desde la casa en que primero habían solicitado hospedaje, hasta aquella en la que se hospedaron. Y eran unas mil casas. Pero la casa en que se hospedaron los siervos de Dios, por gracia divina quedó intacta. Por lo que se debe saber, que los peregrinos de Santiago, pobres o ricos, tienen derecho a la hospitalidad y a una acogida respetuosa.

AQUI TERMINA EL LIBRO V DE SANTIAGO APOSTOL GLORIA AL ESCRITOR Y GLORIA AL LECTOR ESTE CODICE LO ACOGIO DILIGENTEMENTE, PRIMERO LA IGLESIA ROMANA, PUES FUE COMPUESTO EN DIVEROS LUGARES: EN ROMA, EN TIERRAS DE JERUSALEN, EN LA GALIA, EN ITALIA, EN ALEMANIA Y EN FRISIA, Y PRINCIPALMENTE EN CLUNY.

 

Codex Calixtinus (Códice Calixtino)