Salvadora Azorin Puche es una mujer, trabajadora social, que ha vivido el Camino en sus dos vertientes: como peregrina y como hospitalera. Hablamos con ella de su experiencia.

Qué es más gratificante para ti, ¿ser peregrina u hospitalera?

La peregrinación para mí fue una decisión personal, intima… Un lugar dónde buscaba un reencuentro conmigo. Una experiencia en soledad dónde pude recordar que para vivir necesito muy poco. Que mi paz interior debe estar por encima de todas las cosas. El Camino me dio la oportunidad de volver a mí y de valorar la gran fuerza que los seres humanos tenemos. Ser hospitalera, fue una experiencia de acogimiento hacia otras personas( peregrinos y peregrinas). Otras personas que como yo habían realizado el camino buscando reencontrarse consigo mismos.

Me dieron la oportunidad de compartir conmigo sus vivencias intimas, entre asombrados y agradecidos por lo que el Camino les había dado. También fue una experiencia de hermandad con el Convento de San Francisco en Santiago. Mi sentimiento aquí es de total gratitud. Por tanto, ser peregrina me ayudó a comprender a otras personas, siendo en ese momento hospitalera. Dos experiencias relacionadas pero una en primera persona y otra en segunda.

Ser hospitalera me aporta esperanza. Esperanza porque hay personas que buscan mejorar, entender que les sucede, intentar que los nudos o conflictos de la vida puedan solucionarlos… en definitiva humanidad.

Como trabajadora social. Se publicó hace poco una noticia de que el Camino de Santiago es excelente para la rehabilitación de personas, ¿estás de acuerdo con ello?

Todos llevamos una historia de vida; los problemas, conflictos… los hemos resuelto como hemos podido. Unas veces de una forma que estamos satisfechos y en otras ocasiones no hemos reaccionado como queríamos o simplemente no hemos sido capaces de solucionarlo, ello nos lleva al DOLOR. Un dolor interno que nos condiciona y nos hace no estar bien con nosotros. Si la reflexión, la búsqueda en nosotros nos lleva al PERDÓN y ACEPTACIÓN podremos construir un futuro mejor.

Cada vez hay más eventos de «haz el camino bailando», «el camino gastronómico», mayor espíritu de turismo… ¿Se está banalizando el Camino de santiago?

Pienso, que los espacios de ocio son muy importantes para todas las personas y además se necesitan.
Pero, también es cierto que tenemos que partir desde el RESPETO a la hora de nuestro placer. Debe haber y los hay espacios para todo. Yo no voy a una discoteca o concierto a reflexionar, voy a bailar y divertirme.
Desde ese Respeto, el Camino debe ser, a mi juicio, para personas buscadoras que vienen desde todas las partes de España y del mundo en general. Que buscan ese encuentro interior que, posiblemente, en otro lugar no la han encontrado. En el Camino, de peregrina, encontré personas que sufrian, personas que buscaban y no sabían  qué, personas que querían superarse… También personas que mas allá de comunicarse con palabras me hablaron desde el alma. Y ese espacio hay que preservarlo y cuidarlo.
cleardot Camino de Santiago