A veces la realidad legal choca con el día a día. En los albergues de peregrinos se ve con más claridad, especialmente en rutas menos transitadas, como la Vía de la Plata, donde cualquier hospedaje que ofrezca techo y agua es bienvenido para el Camino. Pero la normativa es la normativa y un estudio demuestra que en Extremadura la incumplen la mitad de albergues.

Los hospedajes deben tener buena señalización, pero la mitad de los refugios carecen de ellas. También abrir todo el día, poseer una recepción e instalaciones accesibles, algo a lo que tampoco llegan la mitad de los albergues.

Extintores o un botiquín son otras obligaciones, e incluso un teléfono de uso público, que sólo posee un albergue y, además, de manera limitada.

Todos los albergues visitados tendrían la obligación de tener habitaciones adaptadas, ya que todos tienen más de 12 plazas. Sin embargo tan solo lo cumple 8 de 22 albergues y en dos de esos ocho no sirve de nada esa adaptación pues son inaccesibles para minusválidos.

Queda para el análisis de cada cual, para qué está la normativa, para qué están los albergues o para qué se hace una normativa para albergues utópica.