El presidente de la Asociación Asturgalaica y responsable del albergue de peregrinos de Avilés, José María Clero, ha explicado que los peregrinos se ven obligados a saltar una valla quitamiedos para cruzar la rotonda en Tabaza en el Camino de la Costa. Según explica al periódico El Comercio, la gran velocidad a la que pasan por la zona los vehículos procedentes de viales como la autopista ‘Y’ o la carretera As-19, unido a la ausencia de pasarelas o pasos de peatones, convierten el paso de los peregrinos por la zona en una auténtica operación de riesgo.

Saltar vallas quitamiedos para sortear camiones de treinta toneladas y trepar por un sendero abierto entre matojos es la primera prueba con la que se encuentran los peregrinos del Camino de Santiago que llegan a la comarca desde Carreño u Oviedo. La dificultad y el peligro del tramo se han visto además multiplicados por el corte de la ruta que se utilizaba hasta ahora entre Tabaza y Trasona debido a la entrada en servicio de los nuevos tramos de la Autovía del Cantábrico.

Clero echa en falta un mayor cuidado de la ruta, no sólo por su interés cultural o religioso, sino por el potencial turístico de la misma. «Los peregrinos no son precisamente transeúntes que vengan pidiendo comida, sino que es gente que pasa por Avilés y conoce la ciudad», sostiene antes de recordar que a lo largo de 2007 cerca de cuatro mil personas pasaron por el albergue de peregrinos que gestiona su asociación en la ciudad. «Y la cifra puede ser mayor, teniendo en cuenta que hay gente que no pasa por el albergue», afirma.

Más información en el periódico El Comercio.